jueves, 8 de octubre de 2009

Microcuentos

Ayer fuí a la primera clase de un taller de escritura creativa al que me he apuntado. En él, vamos a leer y comentar cuentos y relatos, a extraer conclusiones útiles de ello y a ver si conseguimos que se nos pegue algo. Ayer estuvimos comentando los elementos que un cuento debe tener y después leímos dos microcuentos, o microrrelatos, me da lo mismo, de Raúl Brasca. El primero trataba sobre la perplejidad, y el segundo sobre lo inevitable (podéis leer los dos aquí y acá). Bueno, obviamente se pueden hacer varias lecturas de ambos microrrelatos, pero esos parecen los temas más obvios que tratan y la profesora nos mandó que hiciésemos con ellos nuestros microcuentos.
Esto es lo que a mí me ha salido:

Lentamente rápido

Supo que el golpe sería inevitable cuando la inclinación de su cuerpo en el aire era ya insalvable. De nuevo, se sorprendió del impulso que el tropezón le había dado para elevarse en contra su voluntad. Intentó recordar la imagen del escalón que no había visto mientras andaba. Sentía un dolor concentrado en la punta de los dedos de su pie izquierdo, pero dejaría de hacerlo después del encontronazo de sus dientes con el asfalto. Las manos se echaban hacia delante para amortiguar la caída. No lo conseguirían, ya estaba a muy pocos centímetros del suelo.

Perplejilandia


Perplejilandia es un país desconocido. Como su nombre indica la perplejidad es el pan de cada día en este lugar. Los habitantes de Perplejilandia no pueden evitar sentirse perplejos, maravillados, fascinados, ante cada cosa que les ocurre. Un natural de Perplejilandia se despierta, mira el reloj, y si ve que son las 08:57 caerá de manera irresistible en manos de la perplejidad preguntándose qué clase de casualidad es esa, qué pasaría si aún estuviese durmiendo o si ya llevase despierto dos minutos y mil preguntas más a las que no acertase a responder. Y lo mismo le pasará tomando el desayuno, leyendo el periódico, o cogiendo el tren, tal es la naturaleza de estos hombres. Es tanta la familiaridad que tienen con la perplejidad que llegan a pensar que es el estado normal de las personas.
Una vez entró en este singular país un extranjero, que, incluso fuera de Perplejilandia se le consideraba un hombre resuelto, decidido, pragmático y avispado. Paradójicamente, jamás hubo tanta perplejidad en Perplejilandia como cuando el hombre decidido puso pie en ella. Todos los que le conocieron se quedaron tan perplejos del extraño comportamiento de ese tipo, que, de hecho, es la única vez que reconocen haber estado perplejos en sus vidas.


Yo creo que no están mal, teniendo en cuenta mi nivel. Como esto es RandomCosas y ultimamente está un poco parao creo que no es mala idea que ponga aquí lo que vaya escribiendo para el taller.

4 comentarios:

Delfín Beccar Varela dijo...

Random, creo que tienes razón, vas por bastante buen camino. La primer mini me pareción muy buena y muy bien trabajada.
La segunda es ingeniosa, pero habría que ver el tema de repetir tanto perpejlilandia y sus derivaciones...

Igual, te felicito, me gustaron tus textos y creo que van muy bien.

Te dejo un saludo.

Delfin.
de
www.minificciones.com.ar

Álvaro AM dijo...

Hola DBV (abrevio, si no te importa xD), muchas gracias por pasarte por aquí y comentar. Y por supuesto, mil gracias por tus ánimos, cualquier palabra buena es un aliento para seguir escribiendo cosillas.
Gacias!

Juanjo Ramírez dijo...

Están muy bien!

Me gusta sobre todo el de Perplejilandia. Tiene algo mágico en su sencillez.

El microcuento es un formato exquisito. Es como cocinar pastelitos.

Saludos!

Álvaro AM dijo...

1000 gracias Juanjo!!

Pues sí,y la verdad es que se devoran igual, aunque su elaboración es algo diferente ¡esto no se puede fabricar industrialmente!