jueves, 17 de septiembre de 2009

Dos sueños, un augurio

Hoy he tenido un mal augurio. Normalmente no creo en los augurios, ya sean buenos o malos, pero he de admitir que este sí que me preocupa. Ayer vi mi nota de redacción periodística, la cual me había quedado suspensa para septiembre y he aprobado con un siete y medio, así que yo más feliz que unas castañuelas ayer. Pero hoy me he despertado soñando que suspendía la otra que me ha quedó, Inglés (que no es inglés propiamente dicho, sino el TOEIC, por si alguien conoce ese examen). El examen lo hice el viernes pasado, y creo que lo aprobaré, pero no sobrado, y las dudas me han empezado a corroer.

En el sueño me encontraba frente a un ordenador y me metía a ver si ya habían publicado los resultados. Yo estaba confiado de que me encontraría con un aprobado. Pero no, había suspendido, y, joder, con menos de un dos para ser exactos. -Vaya mierda, esto cómo puede ser- dije, enfadado. Descubrí un link que me llevaba a un documento dónde se me explicaba el proceso de puntuación del examen. Al verlo me quedé estupefacto y más enfadado aún, pues yo no tenía ni idea de que el examen iba a ser corregido de esa manera. La hermana de un amigo, que rondaba por ahí, me preguntó que qué tal, -mal- dije secamente –yo no sabía esta mierda-. En la explicación del sistema de puntuación me informaban que sólo estaría aprobado si era posible multiplicar a todos los personajes entre sí y que después cualquiera de ellos se dejase dividir. En la vida real esto no tiene ningún sentido, sin embargo en el sueño al parecer sí y respondí con más improperios e insultos dirigidos a la pantalla y a los profesores de la asignatura.

Abro un ojo, cojo el móvil, son las once y once de la mañana. Me tapo un poco mejor los pies mientras pienso: es sólo un sueño, es sólo un sueño, el sistema de puntuación real no es así, cierro los ojos, me duermo al instante y esto es lo que sueño:

Estoy ante un ordenador semejante al anterior, mirando una vez más mi nota, me acuerdo del anterior sueño y pienso, sonriendo, que esta vez es real y que voy a aprobar [no, no es real, joder Álvaro es otro puto sueño que va de lo mismo, que no te enteras]. Le doy a una tecla, se carga la página y…tengo un seis en la parte de listening y otro en el reading, pero, un momento, ¿pero qué coño…? WTF!, ¡sigo suspenso! Pero si tengo un seis ¿por qué estoy suspenso?, vamos a ver. De nuevo hay un link que me lleva a otra página donde se me explica todo: al parecer es necesario llegar al ocho para aprobar. Me vuelvo a enfadar y a cagarme en su puta madre, yo no sabía eso, si lo hubiese sabido habría estudiado más. Joder, mira que suspender sacando un seis. Todo por no saber cómo me iban a puntuar, ya me ha pasado lo mismo dos veces seguidas. De pronto aparece peña de mi clase como si fueran setas, nos sentamos en un corrillo y empiezan a rularse petas. Yo fumo, pero no fumo, o sea, que doy caladas al porro, y veo cómo se consume, pero el humo se niega a aparecer en mis pulmones. Alguien pone música desde un móvil y Elías [el que ya conocéis] se pone a hacer el gilipollas [esto tiene su origen en la experiencia real, pues Elías estaba el día de la recuperación, y, cuando estábamos entregando los exámenes, entró música por la ventana y se puso a menar el culo]. Me acerco a él:
-Ey, máquina, ¿has aprobado el examen de inglés?-
-Sí, tío-
-Pero, no puede ser, si cuando me metí yo vi que el resto de notas también estaban suspensas-
-Ya, pero es que todavía no habían subido las mías, mira- me enseña la pantalla de un portátil cercano. Efectivamente ahora hay más notas publicadas, dos de ellas son aprobados.

Me despierto, son las once y treinta y dos según mi móvil. Repito, no soy una persona supersticiosa, yo paso por debajo de escaleras, enfrente de gatos negros, paso la sal de mano a mano, me río cuando me caen exámenes algún martes trece etc. Aplico el razonamiento (o lo que yo tenga que más se parezca a eso) antes de dejarme llevar por miedos estúpidos sin fundamento. Sin embargo, cuando me he despertado hoy, no he podido aplicar razonamiento alguno antes de que el miedo a tener suspensa la asignatura, tal y como mis dos sueños profetizan, entrase en mi cabeza para quedarse. Al fin y al cabo, son dos sueños en menos de media hora diciéndome lo mismo: que voy a suspender. Es mucha casualidad.
Sé que el examen me salió bien y tengo bastantes posibilidades de aprobarlo, y, sobre todo, sé que para aprobar no tengo que llegar al ocho ni multiplicar personajes extraños y luego dividirlos. Sin embargo, aún no he tenido huevos a meterme en la página de mi uni y ver si ya han subido las notas. Ahora voy, deseadme suerte.

2 comentarios:

Anabel Rodríguez dijo...

Te deseo mucha suerte. No te preocupes, yo he soñado alguna vez cosas parecidas. De hecho una vez soñé que iba a hacer un examen de Derecho Civil, y en el aula aparecía un señor con un piano para hacer un dictado musical...¡ahhhhhh! terror. Al final, sólo resultó ser un sueño, y de hecho creo que ni tan siquiera tenía suspenso derecho civil. ¡Que raritos somos los humanos!

Álvaro AM dijo...

Jeje, gracias por tu comentario, ANABEL.
No,la verdad es que ya no estoy nada preocupado, al final resulta que también está aprobada, y con más nota de la que me esperaba. Así que ya tengo otra razón para no ser supersticioso.