domingo, 13 de septiembre de 2009

Pensado pero no escrito

Siempre he creído que los diarios debían ser escritos con pluma, bolígrafo o lápiz, pero no a máquina ni a ordenador. Pocos textos son más íntimos para una persona que su diario, y esa intimidad sólo puede ser respetada si lo que se escribe se escribe con la propia letra de la persona, no con los impersonales caracteres tipogáficos que la fuente marca. Igualmente, el diario debe ser un objeto palpable y móvil (aunque muchas veces no vaya a conocer poco más que el oscuro cajón donde se esconde) que la persona pueda abrazar y acercar a su pecho, cosa que no se puede hacer con un archivo de texto guardado en el disco duro de tu ordenador. Es absurdo escribir tu diario en un archivo de texto; es transformar tus inquietudes, pensamientos, reflexiones, alegrías y penas diarias en una montaña enorme de ceros y unos. Buena manera de demostrarte a ti mismo que tu vida no vale nada. Simplemente desolador.

Esto es lo que pienso acerca de los soportes sobre los que se debe escribir un diario. Creo que tengo razón, y a lo mejor es por eso por lo que estoy aquí, escribiendo en mi portátil, modificando a cada tecla que pulso un archivo de texto que el ordenador ha puesto el nombre de “Documento 1” y utilizando una letra que no es la mía, sino la Times New Roman y llevándome la contraria. Pero si algún día pensáis escribir un diario hacedme caso: coged bolígrafo y papel y no os dejéis seducir por el ordenador.

2 comentarios:

Juanjo Ramírez dijo...

Yo pensaba lo mismo que tú acerca de escribir poesía. Pero hace ya tiempo que me traicioné a mí mismo y desde hace años las pocas veces que escribo poesía lo hago directamente en el ordenador, simplemente por la pereza que me da transcribirlas luego :P

El hombre... esa especie con tanta facilidad para defraudarse a sí misma. En el fondo es entrañable :P

Un abrazo!

Álvaro AM dijo...

Pues sí, con la poesía opino lo mismo, me parece que no tiene mucho sentido escribirla a máquina. Pero de todos modos, lo importante al fin y al cabo es escribirlos, sea como sea.