viernes, 16 de noviembre de 2007

Hey You!

Hoy os vengo a contar una historia ficticia inspirada en otra historia que hizo mi hermano en su blog:

Juan era una jóven bastante admirable, solía ir con un amigo bastante admirable también, eran buenas personas, grandes estudiantes y sobretodo personas muy sanas. Desde pequeño se les enseñó que las drogas eran muy malas, y un día hicieron una promesa entre ellos, "nunca tomaremos drogas", se dijeron el uno al otro.

Los años pasaban y pasaban hasta que se hicieron grandes adolescentes, entonces empezaron a salir con la gente de su clase de fiesta, por las noches. Una noche a Juan le dio por tomar alcohol, ropiendo la promesa que había hecho con su amigo, amigo el cual, lo perdonó porque la droga que consumió no era una droga con todas las letras. Pasaban y pasaban las noches de fiesta y el amigo de Juan se preocupaba cada día más: Juan bebía compulsivamente. Cada vez bebía más, casi rozaba el coma. Los días seguian pasando hasta que llegó el invierno. Cada vez hacía más frío y Juan seguía saliendo por las noches pese a las bajas temperaturas, el amigo de Juan, como era un gran colega, salía con él para controlarle. Un día el amigo de Juan se enteró de que Oasis iba a tocar cerca de donde residian ambos, y se lo comunicó a Juan, pues ambos eran grandes fans, este le dijo que no iba a ir porque tenía una fiesta. El amigo de Juan se fue muy desilusionado ya que Juan prefiria el vicio del alcohol antes que asistir a un concierto de un grupo que te gusta y encima casi al lado de donde vives. El amigo de Juan estaba preocupado, iba a ir él con más gente al concierto y Juan se iba a ir de fiesta sin él, que era su "controlador", pero pensó que no siempre podría estar encima de Juan para ver qué tomaba y cuánto tomaba. El amigo de Juan se reunió con más gente conocida y fueron a ver a Oasis, se lo pasaron muy bien, cantaron todas sus canciones y disfrutaron como enanos. Al salir del concierto les llamó un móvil que conocía, era el móvil de Juan. Al ver que era el móvil de Juan, su amigo se tranquilizó, y pensó que todo había salido bien, pero, ¿cuál fue la sorpresa?, no era Juan, era una persona que había estado en la fiesta. Este les comunicó que Juan había fumado maria, se había metido unas cuantas rayas y se había bebido una botella el solito, total, que estaba por los suelos y que habían tenido que llamar a ambulancia donde le atendieron y le llevaron a un hospital. El amigo fue corriendo al hospital a ver a Juan. Cuando Juan se despertó le preguntó a su amigo que dónde estaba, que qué había pasado. El amigo se lo contó todo y Juan le dijo "gracias amigo, nunca lo volveré a hacer", y acto seguido, el amigo de Juan le enseñó las fotos y los vídeos que había hecho en el concierto, a lo que Juan no puede decir nada más que "Cuanto me hubiese gustado estar allí y no en la fiesta poniendome hasta el culo de todo para que me tuviesen que traer aquí". El amigo le dijo "Hey you, no es momento para lamentarse". Tras una charla entre Juan y su amigo, Juan le contó a su amigo que los gusanos con los que se iba de fiesta, le "arrastraron" al "lado oscuro". Tras una larga charla, Juan recapacitó sobre lo que hizo y dijo que nunca lo volvería a repetir, y su amigo sonrió.

Cuando Juan salió de la consulta, se planeó una nueva vida sin tener que consumir drogas, y así acabó todo.

Moraleja: No por tomar drogas vas a pasarlo mejor, como muchos dicen. También decide tú lo que quieres hacer, y no te dejes arrastrar. Y sobretodo, escucha a tus verdaderos amigos, son los que te recomendarán bien.


And the worms ate into his brain...

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